La familia de exploradores se ha sumergido en las profundas aguas de mares y océanos para nadar con tiburones y delfines, para acariciar las anémonas y besar estrellas de mar, para cabalgar en hipocampos y pasearse junto a los narvales.
Cual piratas solitarios se han adentrado en las profundidades de las aguas marinas y han desembarcado en puertos tropicales para delitarse con la fauna local.
Sobran las palabra y basta con una muestra de las imágenes tomadas, arriesgando nuestra vida para acercarnos lo más posible y captar mejor las imágenes
Una vez que terminamos con la fauna local nos adentramos en el maravilloso mundo de encontrar accesos para carritos en el Museo de las Ciencias de Valencia, y la verdad que ha sido una tarea mucho más difícil que lidiar con los animales.
Después de subir y bajar infinidad de escaleras conseguimos encontrar la entrada del museo.
Antes de Entrar en el museo Anabel se enfrentó a un peligroso dinosaurio que nos impedía pasar.
Se fue hacia él y le dijo: "No te das cuenta que estás salpicando todo de agua. Venga coge un paño y recoge toda el agua que se puede pudrir la madera. Luego limpiate las manos con jabón. Cuando termines te cepillas bien las patas que vas a llenar de porquería todo el suelo del museo, y que no se te olvide barrer la caca...."
El dinosaurio en estos momentos está siendo tratado por el equipo se psicólogos del museo.
Para concluir tengo que decir que aparcar nuestra nave nos ha costado un ojo de la cara y es que aquí te sacan los doblones cual piratas caribeños.
Anita después de la visita a la fauna ha comenzado a comerse todo lo que se pone a su alcance y cosa que pilla cosa que se mete en la boca. Así que tenemos que tener cuidadín pa que no se coma
Bueno aquí se despide por hoy deseando un descaso a todos
Manolo el explorador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario