viernes, 25 de julio de 2014

RUMBO AL SUR MI TIMONEL

pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el Sur también existe
Mario Benedetti

Mañana se termina la primera aventura del verano. Ponemos rumbo al sur aprovechando los vientos favorables.
Han sido las aventuras más relajadas desde que viajamos con nuestra nave. En dos semanas solo hemos movido el coche una vez y no teníamos que haberlo hecho. Decidimos visitar la capital de la zona para conocerla y hacer un poco de reconocimiento del terreno. La ciudad se encuentra a escasos 20 km. Nos adentramos por su casco histórico buscando aparcamiento y cuando dimos una vuelta decidimos salir corriendo de allí sin ni siquiera salir del vehículo. No había nada de nada que nos mereciera la pena.
Así que las dos semanas se pueden resumir en playa, piscina, cerveza, runing, bicicleta, gintonic y vuelta a empezar. 
Nos llevamos de recuerdo un color tostadito, bueno yo casi negro, muy pija y muy mono,
Hemos hecho una comparativa con las playas del sur donde solemos movernos y como todo en la vida hay cosas mejores y otras peores.
Como aspectos positivos destacaría:
Las mareas son de escaso recorrido. Así que no te tienes que poner a 100 metros del agua para que no te pille con la subida y si te pones al lado no se aleja de tí con la bajada como si tuvieras la peste
El agua es transparente con lo que es fácil verte los deditos de los pies. 
El agua del mar  está a una temperatura ideal para mí. Algunas veces incluso se pasan al poner el termo porque está caliente.
El viento de levante no molesta apenas. 
El camping es buenísimo. Es difícil encontrar algo parecido en el sur y sobre todo tan tranquilo y respetando siempre los horarios. 
Los dueños de los perros recogen las cacas
Como aspectos negativos.
La cerveza es carísima en lo que ellos llaman chiringuitos. Que más bien son kiocos 
No hay tapitas por ningún lado. No hay salpicón de mariscos ni aliño de huevas ni tortillitas de camarones ni na de na de na. 
El único pescado en condiciones que encuentras por la zona es en la pescadería del Mercadona. 
Pero sobre todas las cosas....EL MAR NO HUELE A MAR. De eso nos dimos cuenta tarde. Es una sensación extraña. Estás en la playa përo huele igual que si estuvieras en la tercera planta de El Corte Inglés. Esa sensación que te embarga paseando por la orilla de Sanlucar de Barrameda donde huele a sal, a pescado, a marisco.... aquí no ocurre.
Bueno aquí acaba esta primera aventura del verano pero prometemos hacer alguna más. Tenemos pensado partir la última semana de agosto para tierras norteñas. Aún no sabemos si Pirineos o Picos de Europa, ya se verá.
Esta etapa de tranquilidad  no ha sido lo que esta tripulación está acostumbrada a realizar, pero la tripulante nueva Bielorrusa necesitaba del sol del mediterráneo y por ella ha merecido la pena. 
Dedicado a Anna Melnikava, grumetilla del este de Europa que nos alegra los veranos con su sonrisa bielorrusa












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