domingo, 24 de octubre de 2010

UN AÑO DE BANDERA GAY

UN AÑO DE BANDERA GAY

Hace unos días en una reunión de amigos escuché como se criticaba el hecho de que la bandera gay hubiese estado ondeando en nuestra ciudad durante un mes. No era un crítica furiosa, una crítica con fundamento, eran más bien comentarios jocosos, ya se sabe con “la guasa sevillana”.
Esos mismos que se rien, jamás se opusieron a que las banderas del Sevilla y del Betis estuvieran en el mismo sitio durante un año; pero claro “los gays son minoría y los futboleros somos muchos” y según ellos “aquí se gobierna y se hacen las cosas para la minoría”. Pero tampoco se quejan cuando casi todos los fines de semana se cortan calles de nuestra ciudad para un procesión de gloria a la que van rodeando 200 o 300 personas como mucho. Esos no se quejan cuando ellos son la minoría. Tampoco se quejan cuando una hermandad del Rocío se dedica a tirar cohetes a las 7 de la mañana para celebrar la salida de su peregrinación ¿son mayoría?.
Si la razón de la crítica no es la mayoría sino la tradición, pues tampoco llevan razón, porque les puedo asegurar que en nuestra ciudad había gays antes de que se inventara cualquier tradición sevillanísima a la que asisten encantados.
La bandera gay representa muchas cosas que ellos ni se pueden imaginar. Representa la reivindicación de cientos de homosexuales que son encarcelados y ahorcados por amar a otra personas en muchos paises del mundo. Y me pueden decir es que en nuestro pais no es así. Y lo les digo: tampoco hay presos políticos pero se realizan actos por los presos del régimen cubano.
En esta pais no se discrimina a ningún niño por ser del Sevilla o el Betis, pero sí se discrimina por ser homosexual. Los que nos dedicamos a la educación vemos a diario como la palabra mariquita o machorra sirva para insultar a los compañeros, vemos como a los niños que son amanerados se les aparta de los juegos, y se les condena al ostracismo del rincón del patio. Vemos como desde pequeños se les inculca que son distintos, que no pueden estar junto a los demás, que son “bichos raros”. Algunos de esos niños, con un poco de suerte, superarán años y años de insultos y vejaciones y podrán vivir una vida plena, pero otros jamás podrán ser felices.
A ningún niño se le discrimina por ser Sevillista y Bético, y sin embargo sus banderas ondearon durante un año, a muchos se les discimina por ser gays y su bandera no puede estar durante un mes.
Yo desde aquí reivindico un año de bandera gay o más bien que mientras que se exista un niño discriminado y humillado por ser gay que la bandera ondee al viento de nuestra ciudad para que cada vez que la vea sepa que no está solo, que luche, que miles de personas estamos con él.
Por mi hermano José Luis y su marido Carlos, os lo debía.
Vuestro hermano Manolo

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