jueves, 27 de enero de 2011

¿A dónde vamos?

¿A dónde vamos?


En estos tiempos revueltos donde la democracia está en manos de los llamados mercados y la libertad individual la tenemos depositada en una hipoteca bancaria, asisto desde mi butaca al esperpéntico espectáculo del juicio del caso Marta del Castillo.

¿En qué ha avanzado la sociedad? Parece que en tecnología y poco más porque se dan los mismos esquemas de comportamiento que en la Edad Media. Decenas de personas apostadas a la puerta de un juzgado gritando y queriendo linchar a reo. Apedreo del abogado defensor por hacer el trabajo que la sociedad civilizada le ha encargado para que se realice un juicio justo. Cientos de correos que invaden nuestros ordenadores pidiendo venganza, pena de muerte, cadena perpetua. No,parece que la sociedad ha avanzado poco o quizás es que no puede avanzar más; la raza humana es así necesitamos carnaza diaria para aplacar nuestras frustraciones, nuestros complejos.

Entiendo perfectamente el dolor de la familia, no hace falta hacer un gran esfuerzo de empatía para saber lo que están sufriendo, lo que no puedo entender es como ellos están teniendo un comportamiento civilizado mientras la masa se desata en actitudes animales.

Todavía recuerdo la portada de un periódico nacional no hace mucho tiempo con el titular “la mirada de un asesino” y la foto de un hombre acusado de matar a su hijo, que se demostró poco tiempo después que era inocente. La masa lo insultó y si los hubieran dejado estaría colgado de una farola.

Por supuesto de estas situaciones se aprovechan los salvadores de la patria, los vendedores de verdad (de su verdad) haciendo campañas pro pena de muerte, cadena perpetua, leyes más duras... Qué fácil es vender mierda al amparo del sufrimiento ajeno.

No no creo que estos casos se solucionen así. Creo que la base de todo está en la EDUCACIÓN algo que nadie pide. Cuando hablo de educación no me refiero al sistema educativo que de eso si que se encargan los “vendedores” de especular. Me refiero a eso que pueblos como los indios americanos hacían hace miles de años: inculcar desde pequeños el respeto hacia toda forma de vida, hacia nuestros mayores, a vivir en comunidad con el planeta. De qué sirve saber matemáticas, lengua y otras materias si no enseñamos a convivir en sociedad, si nuestros modelos familiares y sociales se basan en aprovecharse de los demás, en ser más listos que los otros. Por mucha pena de muerte que pongamos estas situaciones se darán cada vez más.

En esta sociedad hay oposiciones para policía, bombero, maestro,..... pero por lo que veo cada día en mi trabajo deberíamos instituir las oposiciones para ser padres. Así erradicaríamos estos comportamientos que se han ido “cocinando” poco a poco, año a año en el seno familiar.

2 comentarios:

  1. lo has clavao, el derecho de defensa es el único derecho que a nadie se le puede prohibir , jesucristo murio en la cruz porque no tuvo defensa y si te das cuenta lo único que ha faltado es a pilato y barrabas

    Parra

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  2. Estoy contigo. Más educación en la familia y más aprender a ser personas. Buen escrito.

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