
En el trabajo tenemos compañeros y coincidentes laborales. No, ni mucho menos es lo mismo. Por supuesto cada uno tiene una categoría en la que encuadrar a los compañeros. Para mi, compañero es aquel que va todos los días dando su mejor sonrisa, esa que a veces hay que forzar porque no tenemos un buen día. Compañero es el que colabora siempre y no hace falta que le expliques nada; no importan las razones. Compañero es el que da todo lo que puede y trabaja más allá de lo que se le puede exigir. Compañero es el que comprende los errores pero no tolera la negligencia. Mis compañeros no se venden a todas horas; no les hace falta. Trabajan muchas horas en casa pero no lo dicen. Se forman, aprenden de todo y de todos. Mis compañeros son lo mejor que tengo en mi trabajo.
Luego están los coincidentes laborales. Comparten un puesto de trabajo pero nada más porque no tienen nada que compartir. Esos se venden a todas horas. Si te sonríen algo esperan de ti. Jamás colaboran, básicamente porque no saben ni tienen ideas para compartir. Entre los que están en esta categoría me gustaría destacar los que llamo los parásitos. Su misión es sacar todo lo que puedan de los demás para apuntarse tantos robados. Jamás dan ideas interesantes y cuando lo hacen la han robado de alguien
Mi profesión es una de las más hermosas del mundo. Se que dentro de años en alguna reunión algunos dirán, ¿te acuerdas del maestro Manolo? Nos decía.......se enfadaba si.... sonreía si..... Pero además de hermosa tiene una responsabilidad que va más allá de “picar y cumplir”. Es por eso que lucharé contra los coincidentes día a día sin importarme lo que digan o piensen de mi porque siempre estarán mis compañeros para alegrarme el día.
A todos los compañeros y compañeras que se desviven día a día por mejorar la sociedad.
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