Allá muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra; que yo tengo aquí por mío cuanto abarca el mar bravío, a quien nadie impuso leyes. Y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera de esplendor, que no sienta mi derecho y dé pecho a mi valor. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. Fragmento de La Canción del Pirata. José de EsproncedaAvanzan los días en el puerto almeriense de Los Escullos y la verdad es que esta
tripulación se ha reconciliado con la
zona del Cabo de Gata. Ya hemos
encontrada playas magníficas donde, sin
llegar a ser la arenita finita amarillita de las
costas gaditasnas, es arena en la que se
puede pasear tranquilamente sin temor a
sufrir un traspiés.Comencemos pues con el relato de los hechos acaecidos en estos últimos días.21 de agosto del año del Señor de 2012Cada vez nos despertamos más tarde. Algo nos ha picado que nos hace dormir y dormir.
Pero bueno que le vamos a hacer, no he mandado mis naves para luchar contra los
elementos.Nos hemos dispuesto a hacer algo de turismo y buscar algún Mercadona para atracar.
Dirigimos nuestros primeros pasos del día hacia San José. Localidad cercana al puerto
donde nos encontramos con la intención de ver las playas de Los Genoveses y Monsul y
luego realizar el avituallamiento.Cuando llegamos al acceso a las playas, éste está cortado y nos indican amablemente que
el parking está lleno (lógico a la hora que nos hemos levantao como para encontrar un sitio
turístico vacío) así que nos dirigimos al mismo pueblo, Por fin playitas con arena finita. Esto es otra cosa. Damos un paseillo por la playa y por las tiendas circundantes para que la
grumetilla y la contramaestre se dediquen a sus vicio de ver, tocar y algo comprar.Aquí no hay Mercadona ni nada que se le parezca, así que tenemos que pagar la compra.Después del almuerzo viene un conflicto de intereses. La grumetillaquiere dormir la siesta y la contramaestre ir a
la piscina. Como buen capitán decido que cada una
haga lo que quiera y yo por supuesto me apunto a
dormir la siesta con la grumetilla porque mi sabia madre nunca me ha dejado bañarme hasta tres horas después de comer, y yo como buen hijo no voy ahora a mi edad a llevarle la contraria.Por la tarde decidimos hacer deporte y nos vamos en
las bicicletas a realizar una rutilla. Nos lo pasamos genial, sobre todo con la grumetilla que no para de cantar (los cantajuegos) sentada en su silla de la bici.. Nos
dirigimos a una calas preciosas en la ruta de los
volcanes. Hay mucha gente haciendo submarinismo y
nudismo. Por cierto hay una pareja en pelotas que menos mal que me adelanto y le digo a la contramaestre que
se de la vuelta porque el muchacho tiene un pirindolo
que si lo ve y compara salgo perdiendo por toas partes. Y es que ya se sabe que las comparaciones son odiosas.Terminamos con las bicis en una playa y decidimos bañarnos los tres. Nos metemos en el
agua hasta casi el anochecer, la grumetillo está pletórica. La verdad es que lo hemos
pasado muy bien.Ya de vuelta, duchita y cena. La cena que debía ser tranquila se va complicando poco a
poco. Cuando empezamos el niño de al lado decide venir a jugar con la grumetilla. Al ver los juegos el de enfrente también se incorpora. Y las madres de los otros: “qué graciosos los
tres”. ¡qué gracioso! ¡qué gracioso! ESTO NO ES UNA GUARDERIA. Pero uno saca toda su amabilidad y no dice lo que piensa y se come a los tres niños dando por culo mientras
intento cenar.
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Es importante señalar que a la grumetilla no le gusta nada pero nada la ducha. Así que el espectáculo público y gratuito que monta todas las tardes es impresionante.
Una vez los niños se ha ido cada uno a su
puñetera casa y la mía se ha acostado,
viene la hora de relax y gin- tonic, que
esperas a lo largo del día.
puñetera casa y la mía se ha acostado,
viene la hora de relax y gin- tonic, que
esperas a lo largo del día.
22 de agosto del año del Señor de 2012
Nos hemos levantado antes 9,30 para intentar entrar con el coche a las playas de Los
Genoveses y Monsul. Cuando llegamos otra vez lleno así que tenemos que dejar el coche
en el pueblo y pillar un bus que te lleva hasta las playas por el módico precio de 3 eurillos
cada uno.
Genoveses y Monsul. Cuando llegamos otra vez lleno así que tenemos que dejar el coche
en el pueblo y pillar un bus que te lleva hasta las playas por el módico precio de 3 eurillos
cada uno.
Siguiendo los consejos de mi amigo Diego,insigne almeriense que se conoce todas las playas de estas zonas porque se dedica
entre otras cosas a la gran tarea de tocarse los h... todo lo que puede y más, pues como decía, siguiendo sus consejos vamos a la
playa de Monsul. La verdad es que es
impresionante. Aguas cristalinas, cálidas,
arenita fina; todo esto sería perfecto si
hubiera o hubiese un chiringuito o en su
defecto uno con un carrito vendiendo
cerveza, pero no; no hay nada. Además estamos en plena ola de calor en medio de una
playa en el desierto almeriense, pues no nos queda otra que estar todo el día metidos en el agua. No recuerdo haber estado tanto tiempo flotando desde que era un pequeño fetillo
en la barriga de mi madre.
La grumetilla ya le ha cogido el gusto al agua y no hay quien la saque. Disfruta muchísimo
sobre todo porque las aguas son calentitas y no hay oleaje.
sobre todo porque las aguas son calentitas y no hay oleaje.
Esta tarde-noche el capitán de la nave la dedicará a pescar, contemplando como las estrellas se reflejan en el Mare Nostrum. Será una gran noche con capturas o sin ellas pues el
simple hecho de sentarte en la orilla del mar contemplando el firmamento es toda una
experiencia por sí sola. Mañana será otro día
simple hecho de sentarte en la orilla del mar contemplando el firmamento es toda una
experiencia por sí sola. Mañana será otro día





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