Cesare Pavese
Viernes
16 de agosto de 2013

Ayes
dirigimos nuestros pasos hacia la villa de Rocamadour. Está a unos
50 km de nuestro campo base, pero debido a que las carreteras por la
zona son estrechas y el tráfico intenso, tardamos unos 80 minutos
en llegar. El primer problema es aparcar. El pueblo está lleno de
turista y tenemos que dejar el coche en una carretera comarcal
aparcado en el arcén. Una vez que nos acercamos las vistas son
maravillosas. Un pueblo totalmente medieval con la Iglesia de Santa
María de Rocamadour y el Castillo construidos sobre la roca. Nos
recuerda un poco al Mont Sant Michel de Bretaña. El problema de
estos sitios es que hay que subir y subir y subir y subir y la
grumetillo llega un momento que dice que no puede más y no puede más
y no puede más.... Así que nos toca cargar con ella.
El
pueblo está en la zona del camino de Santiago francés y además
están en pleno Año Jubilar por lo que había muchos peregrinos.
El
calor está apretando estos días y aunque hace 31grados de
temperatura máxima en las horas centrales del día es un poco
sofocante. Aunque siempre está la cervecita pa paliar los rigores
del astro rey.
A
la vuelta nos paran los gendarmes para realizarnos un control de
alcoholemia. El franchute con instrucciones que no entiendo me pone
el aparatito en la boca y a soplar. Sorpresa 0.00 Conclusión o la
cerveza francesa hace menos daño que el agua bendita o el aparatito
lo compra la gendarmería en un almacén de chinos.
Por
las tardes a eso de las 7.30 me voy a correr un poco por los campos
de la zona pa hacer sitio al vinito y al queso de la cena.
Hoy
hemos ido al pueblo de Beynac, otra maravilla medieval y nos hemos
montado en una gabarra por el río, donde hemos contemplado grandes
vistas de los castillos de la zona.
Cuando
hemos terminado el paseo fluvial eran las 14:30 y hemos decidido
volver al camping porque el solano era insoportable. Lo bueno es que
a eso de las 6 hace ya una temperatura muy agradable. Por las noches
incluso dormimos tapados.
Anoche probamos los caracoles franceses los escargots. La verdad es que en ésta comparación salimos ganando nosotros. Estos bichos son enormes y la forma de cocinarlos (con manteca) no es la más adecuada. Nada como una tapita de caracoles sevillanos o de las cabrillas con tomate de mi madre.
Continuará.....
Jo, realmente maravilloso. Cada vez me va gustando más este tu diario de a bordo, Manuel. Consigues que me sienta parte de tu tripulación y me parece (aunque sea de polizón) que viajo a vuestro lado y veo lo que vuestros ojos ven. Un fuerte abrazo para todos.
ResponderEliminarJesús, hoy voy a pedir las cervezas de dos en dos, pa que el polizón se tome alguna. Besoooosssss
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